¿Cómo la responsabilidad social empresarial le da valor a tu PyME?
Por. Maestra Elena
García Aguilera,
Docente investigadora de la Escuela Bancaria y Comercial Campus Chiapas.
Nadie puede negar que la
búsqueda de la riqueza fue el gran motor para la creación de algunas empresas a
través de la historia. La imagen del empresario en busca de las utilidades se afianzó
en el imaginario popular: ávidos de beneficios, pensando en mejorar la
rentabilidad a través de la disminución de costos, el aumento de los beneficios
o su combinación; parecía que la extracción de valor podía continuar sin
límite, sin consecuencias.
Pero la realidad nos alcanzó,
las empresas creadas en búsqueda únicamente de la utilidad generaban
consecuencias en el medio con el que interactuaban, las materias primas eran
tomadas, en muchas ocasiones, en niveles que ponían en riesgo su sostenibilidad,
el personal era sometido a condiciones que afectaban su calidad de vida y la de
las familias que los albergaban, los desechos de producción rompían con los
ciclos naturales en procesos de contaminación que pusieron en riesgo
ecosistemas completos; y entonces se hizo evidente: las empresas eran parte
integral del medio en el que estaban y las afectaciones provocadas en su
entorno regresaban al negocio con problemas de salud, productividad y costos, y
en los últimos años, con el incremento de la conciencia de los consumidores,
han generado problemas de imagen que afectan la selección de la marca por
variables ajenas a la calidad intrínseca de los productos. Los clientes
empezaron a discriminar a las organizaciones que no contribuían al mejoramiento
del medio donde se desarrollan, en sus diferentes esferas: social, laboral,
ambiental y hasta político.
Percibir una compañía sólo
como satisfactor de las necesidades de sus accionistas es a todas luces un
modelo insuficiente, las empresas son y han sido siempre, elementos orgánicos
de una sociedad, estas y los demás componentes del entorno son sistemas
abiertos que interactúan, las acciones de una terminarán influyendo, en mayor o
menor medida, en los demás elementos.
Es importante entonces
dimensionar de manera ordenada y sistemática, los efectos más importantes que
se trasladan al entorno que resultará afectado, debe ser parte de una
estrategia y para que sea verdaderamente efectiva, esta debe estar incluida y
alineada al modelo de negocio de la organización. El retorno de beneficios no
debe ser un conjunto de desordenadas o eventuales iniciativas de caridad que
sirvan para lavar la cara del culpable, debe ser parte integral de la misión de
cada empresa, y estar abanderada por la alta dirección con objetivos y metas
perfectamente definidas.
Por supuesto, se pueden establecer lineamientos generales que deben ser atendidos:
- Respeto
a las personas
- Valores
éticos dentro de la vida empresarial
- Calidad
de las condiciones internas de trabajo
- Las
necesidades de la comunidad próxima
- Las afectaciones al medio ambiente
La atención sostenida y ordenada de estos elementos permitirá a la empresa el establecimiento de un ciclo virtuoso: el mantenimiento de la relación con los grupos de contacto, la relación adecuada con las comunidades próximas y la selección y planeación de estrategias para el desarrollo del bien común.
Bajo este modelo de negocio, las decisiones tomadas por la alta gerencia serán mejores, la competitividad también mejorará, los clientes de estas empresas las identificarán más, estarán más cerca de ellos, buscarán estar más informados de sus acciones y la lealtad probablemente mejorará junto con la imagen. En conclusión, la responsabilidad social empresarial no es sólo necesaria, es conveniente para mejorar el valor económico de la organización.
Artículo original publicado en el blog de El Empresario.