La capacitación dentro de las empresas se ha vuelto cada vez más compleja, debido tanto a las nuevas formas de organizar el trabajo como a la diversidad en la oferta de servicios.
¿Cómo emprender acciones eficaces y costeables de capacitación y evaluación dentro de nuestra organización?
Para responder a tal pregunta, hay que advertir primero que todas las acciones formativas se relacionan directa e indirectamente con el mejoramiento del desempeño en el trabajo, pero también con el desarrollo profesional de la persona y con sus competencias laborales, entendidas éstas como la serie de capacidades que permiten a una persona desempeñarse exitosamente en un ambiente laboral favorable.
Uno de los principales objetivos de las competencias laborales es romper con las inercias y los obstáculos que impiden que la capacitación sea dinámica, que encaje en un mundo globalizado y que sea consecuente con los objetivos de la organización y con la optimización de sus costos.
La capacitación por competencias busca dotar a la persona de los elementos necesarios para garantizar su productividad y su desarrollo profesional.