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Autor: Mtro. Gerardo Aparicio Yacotu
Director de Cultura Financiera del Grupo Bolsa Mexicana de Valores
Escuela Bancaria y Comercial
Índice de contenido
El 27 de septiembre de 1821 en la Ciudad de México ingresaba victorioso el General Agustín de Iturbide tras haber conquistado la independencia de la Corona Española para nuestro país; él sabía que, para no volver a ser colonizado por alguna potencia en el mundo y, además, adquirir fortaleza económica y financiera, debía comenzar a confeccionar y organizar un sistema financiero, por ello una de las primeras decisiones fue fundar la actual Secretaría de Hacienda y Crédito Público el 8 de noviembre de ese mismo año, lo cual dio paso a la creación del sistema financiero mexicano.
Con diversas adecuaciones al marco normativo mexicano empezaron a establecerse los bancos: el Banco de Londres y México fue el primero en instaurarse en el país en 1864 y, a partir de ese momento, la historia operativa del sistema bancario inició exitosamente, pero aún no existía un mercado bursátil mexicano.
Al respecto, la persona que descubrió la necesidad de tener en el país un mercado bursátil fue una mujer de nombre Filomena Mayeu.
En el año de 1823, los hermanos mayores de Filomena, sus padres y ella, con nueve años de edad, emigraron de Barcelona, España, hacia México gracias a los comentarios de múltiples migrantes que comenzaban a llegar al país, mencionando las riquezas y oportunidades que brindaba la capital de la Nueva España, donde Filomena tiempo después conoció a su esposo, Alexis Genin, con quien formó una familia compuesta de seis hijos.
Filomena enviudó prematuramente y decidió sacar adelante a su familia, para ello fundó un negocio nombrado “Dulcería y pastelería de la viuda de Genin”. Este pronto se transformó en un atractivo lugar de reuniones para gente importante; en los salones del recinto se daban cita literarios, políticos y hombres de negocios, también los prestigiosos empresarios franceses y catalanes. Fue así como los personajes concurrentes a la pastelería empezaron a formar sociedades anónimas y a colocar sus títulos, tal como sucedió con el Palacio de Hierro, negocio donde doña Filomena invirtió treinta mil pesos en acciones fundadoras.
Los inicios de la Bolsa Mexicana de Valores
La trastienda de la pastelería se convirtió en un dinámico centro bursátil, contaba con un pizarrón para registrar posturas y cotizaciones. Además de los títulos mineros de mayor demanda, se cotizaron acciones de las cerveceras de Toluca y Moctezuma, Industrial Veracruzana, Jabonera La Laguna y los Bancos Nacional de México, de Londres y México, Americano e Internacional Hipotecario.
De esta manera, lo que hoy es la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tuvo su nacimiento en 1864 en la segunda calle de Plateros número 8, ahora Madero 13, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, creada como una iniciativa de servicio al cliente que más allá de servir para comprar postres y pasteles, era un espacio seguro y cómodo donde los visitantes frecuentes podían acordar el precio de empresas negociadas por aquellos que conocían a las familias más acaudaladas de ese momento.
En la calle de Plateros, en el umbral de la pastelería se podía apreciar a intermediarios e inversionistas y, por supuesto, a respetables agentes de valores como don Agustín Quintanilla, Julio Aspe, Paulino Ortega, Alfredo Barreiro, Luis y Guillermo Uhink, entre otros.
Los hijos de la viuda de Genin se emparentaron con ricos empresarios, dos de sus hijas se casaron con miembros de la familia Tront, fundadores del Palacio de Hierro, otra de sus hijas se casó con el dueño de las Fábricas de Francia y Augusto Genin fue el fundador de la Financiera Francesa con capital franco-suizo.
Legado femenino que ha dejado huella
Finalmente, la creación formal de la Bolsa Nacional de México se llevó a cabo hasta el 31 de octubre de 1894 en el número 9 de la calle de Plateros, ahí ya no se vendían pasteles, pero, aprovechando la costumbre de ser un distrito financiero de gran tránsito, surge una institución que hoy en día cuenta con una historia de más de 128 años, la cual continúa impactando de forma positiva a la economía y a las familias mexicanas.