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Llegó septiembre, y como cada año, el llamado a la responsabilidad social y al compromiso con el medio ambiente volvió a convocarnos. En esta ocasión, la comunidad de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) respondió con entusiasmo y unidad a través de una significativa jornada de reforestación, celebrada durante la semana del 30 de agosto al 6 de septiembre. Esta actividad formó parte del programa de responsabilidad social institucional, involucrando activamente a alumnos, docentes y colaboradores de doce campus ubicados en las regiones centro y sur del país. El resultado fue notable: más de mil participantes lograron plantar más de diez mil árboles, dejando una huella tangible en los ecosistemas donde se llevaron a cabo las labores de restauración ambiental.
La organización del evento estuvo a cargo del área de Vida Estudiantil de la EBC, en colaboración con la asociación civil Reforestamos México, una organización dedicada a la conservación y recuperación de los bosques del país. Desde el inicio de la jornada, durante los traslados hacia las zonas seleccionadas para la reforestación, los representantes de Reforestamos México ofrecieron charlas informativas donde explicaron la importancia de estas acciones en el contexto actual del cambio climático. Entre los temas abordados destacaron los beneficios directos de reforestar: mejorar la calidad del aire, reducir las emisiones de dióxido de carbono, conservar el suelo y mantener el equilibrio hídrico. Asimismo, se enfatizó el papel que estas actividades tienen en el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular aquellos relacionados con la acción por el clima y la vida de ecosistemas terrestres.
Al llegar a los distintos puntos de encuentro, los participantes fueron recibidos por Gerardo Villa Ceballos, representante del área de Cultura Ambiental de Reforestamos México, quien brindó una introducción detallada sobre la iniciativa MAMB (Mejores Alianzas, Mejores Bosques). Esta propuesta busca articular esfuerzos entre diversos sectores —empresas, gobiernos, comunidades, organizaciones civiles y juventudes— para impulsar la conservación y restauración de los paisajes forestales bajo un enfoque integral. Villa Ceballos destacó que el éxito de las reforestaciones no solo depende del número de árboles plantados, sino del compromiso a largo plazo de quienes participan y de las alianzas estratégicas que las respaldan.
Ya en el terreno, los voluntarios fueron guiados por el equipo técnico de Reforestamos México y por líderes locales, quienes acompañaron el proceso en cada etapa. Se realizó una demostración práctica sobre la forma correcta de plantar un árbol: desde la extracción cuidadosa de la bolsa contenedora, la colocación adecuada en las cepas previamente abiertas, hasta la presión justa del sustrato para asegurar la firmeza del nuevo brote. Este proceso, aparentemente sencillo, es crucial para garantizar que los árboles sobrevivan y se integren con éxito al entorno. Además de la plantación, se explicó a los asistentes cómo dar seguimiento a estos ejemplares y por qué es necesario realizar monitoreos posteriores, especialmente durante las primeras temporadas de lluvia.
La jornada no solo fue un ejercicio de conciencia ambiental, sino también un espacio de encuentro y cohesión entre los distintos actores de la comunidad EBC. La reforestación se convirtió en una experiencia transformadora: un aula al aire libre donde se compartieron aprendizajes, se rompieron barreras generacionales y se sembraron no solo árboles, sino valores fundamentales como la empatía, la responsabilidad y el trabajo en equipo. Más allá del impacto ecológico, quedó clara la intención de formar ciudadanos comprometidos con la sostenibilidad, capaces de tomar decisiones con conciencia del entorno y de actuar en consecuencia.
En retrospectiva, iniciativas como esta reflejan la importancia de integrar la sostenibilidad ambiental dentro de los valores institucionales y del quehacer cotidiano. La EBC, al promover estas actividades de manera sistemática y colaborativa, reafirma su papel como una institución educativa comprometida con el presente y futuro del país. No se trata solo de cumplir con una agenda o alcanzar un objetivo, sino de consolidar una cultura de participación activa en la protección del planeta.
La reforestación de este año es solo un ejemplo, pero representa una promesa viva de que, con acciones colectivas, sí es posible regenerar nuestros ecosistemas y construir un entorno más justo y habitable para las próximas generaciones.
Escrito por Ricardo Jehovany Lozano Duran
Coordinador de Relaciones Públicas