Comparte este artículo
Catapulta Challenge, así vivimos la Gran Final
Escrito por: Karla Soledad
Jefa de Catapulta en Casa Rectoría EBC
Catapulta Challenge 2025: emprendimiento universitario en acción
El jueves 3 de abril de 2025 fue mucho más que una fecha en el calendario académico: fue el día en que la energía del emprendimiento universitario de la comunidad EBC vibró en cada rincón del recinto que albergó la Gran Final del Catapulta Challenge. Esta iniciativa, impulsada por Catapulta, el centro de emprendimiento de la institución, tuvo como propósito no solo premiar proyectos sobresalientes, sino también consolidar un ecosistema que fomente el crecimiento profesional y humano de las y los emprendedores.
Lo que comenzó como un concurso de ideas, evolucionó hacia una experiencia formativa de alto impacto, con mentorías, talleres y espacios de conexión para impulsar startups universitarias reales. La final fue el colofón de un proceso en el que cinco equipos lograron destacar entre decenas de aspirantes, enfrentando al panel de jueces con propuestas sólidas, innovadoras y alineadas con necesidades reales del mercado. Más allá del premio económico —$325,000 mxn repartidos entre los tres primeros lugares—, lo más valioso fue presenciar cómo cada pitch representó el esfuerzo, la creatividad y el propósito de sus creadores. Fue una jornada que no solo celebró el emprendimiento, sino que reafirmó el compromiso de la EBC con la formación de jóvenes líderes emprendedores capaces de transformar su entorno.
Según cifras recientes de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), el 41% de las personas que emprenden en México son jóvenes de entre 26 y 35 años. Esta estadística pone de relieve el dinamismo y potencial de una generación que, sin embargo, enfrenta retos significativos: acceso limitado a financiamiento, escasa formación en habilidades de liderazgo, dificultades en la gestión de equipos y, sobre todo, una infraestructura aún débil que no siempre favorece la innovación.
Si nos enfocamos en el perfil del estudiante universitario emprendedor, el panorama se complejiza. A la presión académica se suman la sobrecarga de responsabilidades, la falta de redes de apoyo, el temor constante al fracaso y, en muchos casos, situaciones que impactan la salud mental. En este contexto, iniciativas como Catapulta Challenge adquieren una relevancia estratégica. No se trata únicamente de premiar una idea brillante, sino de acompañar a las y los jóvenes emprendedores en su proceso de profesionalización, brindándoles herramientas prácticas, guía experta y acceso a redes que marcan una diferencia en su trayectoria. En ese sentido, el programa Catapulta Challenge es un catalizador del emprendimiento universitario en México, proyectando a sus participantes hacia nuevos horizontes de impacto.
Finalistas y Ganadores
Cada uno de los cinco finalistas representó una visión distinta del emprendimiento, pero todos compartieron un mismo hilo conductor: la pasión por resolver problemas concretos con creatividad e impacto.
Zentto
El primer lugar fue para Scarlet Velazco, de campus Mérida, quien presentó Zentto, una propuesta de helados saludables hechos con ingredientes naturales. Este proyecto destacó no solo por su viabilidad financiera y propuesta de valor, sino también por su comprensión del mercado saludable y sostenible, cada vez más presente en el consumo de nuevas generaciones.
Moneely
En segundo lugar quedó Moneely, de Daniela Carreño (campus Tlalnepantla), una plataforma digital que ofrece educación financiera pensada especialmente para mujeres. Su enfoque inclusivo y su diseño centrado en el usuario la posicionan como una herramienta poderosa frente a la desigualdad económica de género.
Ampo Medical Systems,
El tercer lugar fue para Alan Peña (AMPO y campus CDMX) y su empresa de dispositivos médicos para cardiología, un sector que requiere no solo innovación técnica, sino altos estándares de calidad y ética.
Cordová & Vitalixik
El cuarto y quinto lugar fueron para Joan Córdova (campus León) con Cordová, una marca de bolsas de piel con identidad propia, y Valeria Díaz (campus Toluca) con Vitalixik, un suplemento diseñado para acompañar a las mujeres durante la menopausia. Cada emprendimiento dejó una impresión única en los jueces y asistentes, demostrando la amplitud del talento EBC y su capacidad para innovar en sectores tan diversos como el bienestar, la moda, la salud y la educación financiera.
El jurado que evaluó esta segunda edición del Catapulta Challenge estuvo conformado por perfiles de alto nivel en el ecosistema emprendedor: Bernardo Cordero y Víctor Noguera, fundadores de Clau.com; Rafael de la Guía, socio en Quona Capital; Carolina Puerta, directora de la Alianza por la Inversión de Impacto; y Alejandro Berman, VP de Marketing en Stori. Más que jueces, estos expertos actuaron como aliados críticos al realizar preguntas estratégicas sobre márgenes de ganancia, escalabilidad, innovación tecnológica, competencia e impacto social. Su participación enriqueció notablemente el proceso de selección y premió no solo la creatividad, sino también la madurez empresarial de las y los participantes.
El evento también ofreció un espacio para la Expo Catapulta, una feria de emprendimientos donde otros miembros de la comunidad EBC pudieron mostrar y comercializar sus productos. Este espacio fue clave para fomentar la visibilidad, retroalimentación y ventas de los emprendedores, convirtiendo la jornada en una auténtica plataforma de conexión. La jornada concluyó con un cóctel que reunió a más de 150 personas: estudiantes, egresados, mentores, inversionistas y aliados estratégicos. Esta convivencia, más allá de lo protocolario, fue el reflejo de una comunidad vibrante que cree y apuesta por el talento joven.
Reflexión final sobre Catapulta Challenge 2025
Lo que nos deja esta segunda edición del Catapulta Challenge va más allá del entusiasmo del momento. Es una reafirmación de que el emprendimiento universitario en México no solo es posible, sino necesario. Es un llamado a seguir creando entornos donde las ideas puedan germinar con libertad, acompañamiento y visión de futuro. La EBC, a través de Catapulta, ha entendido que el desarrollo económico sostenible requiere más que teoría: requiere acción, compromiso y comunidad. Iniciativas como esta no solo impulsan proyectos individuales, sino que nutren un ecosistema que confía en su juventud como agente de cambio. A medida que nos adentramos en un mundo cada vez más incierto y competitivo, necesitamos más espacios que, como Catapulta Challenge, sirvan como faro para quienes se atreven a emprender desde las aulas, con ideas frescas y convicción. El emprendimiento, al final del día, no es solo una estrategia de negocio; es una actitud frente al mundo. Y desde aquí, desde esta comunidad, el futuro del emprendimiento universitario se ve prometedor.