on el inicio del nuevo milenio y los cambios en su estructura administrativa, la Escuela Bancaria y Comercial asumió el compromiso de crecer y consolidar su imagen de acuerdo a los retos contemporáneos. Capitalizando su experiencia, emprendió un ambicioso proyecto de expansión que ha comprendido la actualización de los planes de estudio: la creación de nuevas carreras y la apertura de campus en diferentes ciudades de la República Mexicana.

En 2002 fue necesario ampliar las instalaciones de Reforma para crear un espacio dedicado a los programas de Posgrado y Educación Continua. La decisión de concebir ambientes acordes con la especialización para el público adulto en un entorno de negocios fue acompañada por la oportunidad de adquirir un predio en la calle de Dinamarca número 32, esquina con Hamburgo, dentro de la colonia Juárez, entre campus Reforma y Liverpool.

Campus Dinamarca junto con el campus Tuxtla Gutiérrez, inaugurado en Chiapas en enero de 1994, propiciaron el crecimiento de la EBC y la renovación de su imagen. La propuesta fue un edificio que definió arquitectónica y formalmente la esencia de la Bancaria: líneas sobrias y armónicas, frescura y seriedad, un estilo minimalista amable con el entorno y espacios propicios para el estudio en un dinámico ambiente inspirado en el contexto de los negocios.

El proyecto estuvo a cargo de la firma Sánchez Arquitectos y Asociados. Se inició una fructífera relación con el despacho, que ha participado en la consolidación de la identidad de la EBC y su proyección hacia el futuro gracias a la apertura de diez nuevos campus en el territorio nacional. En ellos, la Bancaria, habita y ejerce día con día la operación educativa.

Bajo la premisa de que en el concepto habitar el edificio se traduce en una extensión de quienes lo habitan, se convierte en el lugar donde ocurre su existencia, que protege, guarece y define. En este caso, construcción, comunidad y filosofía (pensamiento) EBC interactúan para dar sustancia a cada campus. Estructura, mobiliario, convenciones sociales en adición a la forma arquitectónica de la Institución modelan, informan y delimitan las actividades y el devenir de su comunidad al interior de sus muros. Es decir, habitar implica también construir una idea: la identidad misma.

Para la EBC habitar cada uno de sus campus significa respetar las características de la localidad a la que llega, construir en congruencia con el espacio y la función, integrarse a las actividades y tradiciones de manera que sea posible forjar un ambiente de seguridad y pertenencia, un significado profundo que remita a la Institución pero también a la identidad local del nuevo campus.

l diseño de cada nuevo proyecto arquitectónico de la EBC reúne la experiencia de la construcción anterior, la manera de entender las escuelas y su operación. Los nuevos edificios de la EBC traducen el entorno de los negocios en vías de espacio, con una organización que permite el ejercicio enseñanza-aprendizaje a través de una estructura dada por secuencias espaciales dinámicas y congruentes, con su naturaleza académica especializada. El diseño invoca atmósferas urbanas y modernas que reinterpretan la ciudad.

La forma combina la calidad con el tratamiento a los materiales en un diseño que considera la conservación y la funcionalidad, verbigracia en pisos de cemento pulido y la intervención de elementos metálicos como una constante de todos los campus. En cuanto a la imagen, la insistencia en cada edificio de estructuras e instalaciones “aparentes” (sin mayores recubrimientos) y la presencia de muros de bloque-vidrio (vitroblock), para una precisa manipulación lumínica, térmica y acústica, generan unidad a pesar de ser interpretados de manera distinta en cada uno. Concreto, elementos metálicos, vidrio y tiras de madera adquieren su propio significado en cada contexto. Cada edificio de la EBC está diseñado con la “arquitectura de la ingeniería”, es decir, con un equilibrio que involucra funcionalidad y soluciones lógicas junto a una calidad vivencial en sus espacios.